Recuerdo que fueron unos comienzos muy difíciles. Por aquel entonces las pruebas de selección, tanto como para estudiar como para trabajar eran pruebas muy difíciles, tenias que ser un superniño (o superhombre), exigían un perfecto estado físico y mucho trabajo. Ahora las cosas han cambiado, se exige lo mismo pero no te pegan con una vara de madera (risas).
El recuerdo que tengo es el de un momento mágico, de puro magnetismo. Desde que vi mi primera obra de ballet, sabía que era esto lo que quería ser. Para mí, el ballet, es tan necesario como respirar. Siempre desde mi niñez, cuando acudía a ver funciones de ballet, yo siempre me veía en el escenario, además de observar todos los movimientos que sabía que un día yo también podría realizar.
Se compagina si estás con la persona adecuada que comparta y apoye la pasión por este arte. Hay que tener en cuenta que nosotros pasamos la mayor parte de nuestro tiempo fuera de nuestro país en giras y que cuando estás en casa, estamos ensayando, viendo actuaciones..etc. Es por esto, que muchos de los bailarines están casados con bailarines porque se comprenden mutuamente.
Como comentaba antes, esto para mí, no es un trabajo, es mi forma de vida. Por lo tanto, podría decirte que hasta sueño con ballet y además tengo la fortuna de poder decir que me encanta. Sinceramente creo que las 24 horas del día están dedicadas al ballet, aunque sea pensando, siempre nuevas ideas.
En el ballet “Corsario” el rol de Birbanto. Y disfrute muchísimo con el rol de Pitchem en “Boomerang” de Boris Eifman o con Ambrozius en "Black Birds” de Tom Shilling.
El método Stanilavsky es muy complejo para poder exponerlo aquí en unas líneas. Básicamente podría decir que este método se basa en vivir las emociones del personaje interpretado, en que el bailarín experimente durante la ejecución de su papel emociones semejantes a las que experimentaría su personaje. Soy un incondicional de este método, es una forma magnífica de expresar y poder expresarse.
Como todo bailarín, decidir que ha llegado el momento de dejar los escenarios. Es un momento duro, que yo, afortunadamente convertí en llevar a cabo mi otro sueño que era dirigir una compañía.
Una de los factores para amar el ballet es conocerlo, el ejemplo se ve en mi país, donde se tiene mucha tradición de amor al ballet y los niños acuden regularmente a ver obras de ballet. Es básico para conocer este arte, el acudir regularmente a ver obras de ballet en directo. También creo además que los beneficios del ballet son innumerables: Además del arte y dominio de tu cuerpo, se trata de disciplina, responsabilidad, trabajo en equipo…etc. Por lo tanto si desde nuestras instituciones se entendiera que esta disciplina es tan importante en su conjunto por los valores que aporta, se fomentaría en las escuelas.
Un bailarín del Ballet de Moscú debe ante todo amar y ser fiel a esta profesión, sino no podría mantener el ritmo exigido, clases, ensayos, representaciones, giras muy largas, dos o tres coreografías por gira, etc. Y la otra parte sería su formación, provenir de una buena escuela, gran profesionalismo y talento artístico.
En las giras, viajamos unas 40 personas, pero en Moscú somos alrededor de 60 personas, las que estamos ensayando y trabajando juntos.
Con mucho trabajo, disciplina y cariño hacia el ballet. Mostrando que somos profesionales y serios, esto implica que a pesar de las incidencias que puedan ocurrir, El Ballet de Moscú siempre realiza su representación en las mejores condiciones. De este modo, tanto los directores de los teatros como el público confían en ti y crea un vínculo de cariño que por supuesto, es lo más importante: Este cariño y confianza.
Nosotros basamos nuestra filosofía de compañía en el amor al ballet y en la disciplina inherente a este arte en la escuela rusa. Además de dominar la técnica, en el Ballet de Moscú se enfatiza que el bailarín logre plasmar los sentimientos del personaje, transmitir al público esas emociones internas. Es necesario acompañar el virtuosismo y la técnica de sentimientos. Creo que esto último es lo que más aprecia el público en nuestra compañía. Además estamos muy motivados por la formación de los niños, planificamos actividades en nuestras giras para motivar a los alumnos. Tenemos mucha experiencia acumulada en formación en diferente países y en Moscú tenemos una academia, de aquí obtenemos a futuros excelentes bailarines.
Sobre mi recae la labor de elegir a los bailarines para cada gira, en cada título. Es importante dotar a cada título de los bailarines ideales, lo cual no es un trabajo difícil porque contamos con bailarines muy profesionales. Durante las giras apoyar emocional y mentalmente a todo el equipo, te sientes parte de una gran familia. En cada función, todo el equipo funciona según sus tareas, cada uno sabe cuál es su labor: Desde los técnicos, costureras, bailarines, además del personal de cada teatro. Siempre con la adrenalina al máximo, como si fuera la primera vez que actúas ante público. Muchísimas horas de ensayo, de preparación del espectáculo tanto por parte de bailarines como técnicos, producción..etc.
Cuando existe una gira planteada, que suele ser casi siempre, un mes antes, solemos realizar ensayos de unas 6 horas diarias de lunes a viernes. Este ensayo es a nivel grupal. Los solos dependen del papel que se represente, estos se ensayan en otro horario y los fines de semana.
Aparte del montaje técnico y de decorados, solemos comenzar la clase con barra unas 4 horas antes de la función, en ella se incluye el calentamiento y los estiramientos. Seguimos sin la barra, saltos, pirouttes. Y posteriormente se realiza un ensayo para tomar las posiciones y distancias adecuadas para cada escenario.
Considero que no se apoya lo suficiente. Yo también creo además que los beneficios del ballet son innumerables: Además del arte y domino de tu cuerpo, aporta disciplina, responsabilidad, trabajo en equipo, vida sana y respetuosa con el cuerpo…etc. Por lo tanto si desde nuestras instituciones se entendiera que esta disciplina es tan importante se fomentaría en las escuelas.
Al contrario, cada vez hay más personas interesadas en venir a vernos. Lo necesario es que se conozca, en cuanto se conoce, el ballet, se ama y atrae a todo tipo de público, niños, mayores, adultos...etc.
España tiene una cantidad de escenarios increíble, y no hablo sólo de las capitales, en nuestras giras hemos tenido la oportunidad de visitar teatros fabulosos en ciudades pequeñas. Creo que en este aspecto se ha invertido mucho. Otra cosa es mantener las programaciones estables y un proyecto cultural claro. Evidentemente, creo que sería necesaria una programación más estable del arte de la danza.
En cada título encuentro momentos preciosos, en cada representación existe ese segundo en que todo está en armonía, que me emociona, que me hace vibrar. Tal vez el “Lago de los Cisnes”, cuente con mayor cantidad de esos momentos, pero en general, disfruto con cada una de las representaciones, por la música, por la coreografía y sobre todo, por la respuesta del público.
Solemos estar unos 6 meses al año de gira, que incluiría 4 ó 5 giras.
Seguir viviendo mi sueño, y hacer realidad los sueños de muchos otros, bailarines, público, estudiantes de danza. Porque el Ballet de Moscú no es solo lo que vemos en el escenario. Desde el principio, he pensado en un proyecto que desarrolle otras líneas de actuación. Por eso realizamos Master Class, invitamos a las academias a presenciar nuestros ensayos, etc.
Soy lo que soy y estoy donde estoy por las decisiones que he ido tomando en mi vida, unas buenas y otras no tan buenas, pero todas han sido tomadas con el corazón, por lo que no cambiaría nada.
Evidentemente han sido muchos los bailarines que me han impresionado pero por citarte nombres te diría que Mikhail Lavrovski o Vladimir Vasiliev me cautivaron, ambos bailarines muy elegantes y una increíble fuerza en sus saltos.
Soy un enamorado de la danza española, las posiciones de las manos, la tensión de los cuerpos, la energía que desprende. Es todo muy visceral, me apasiona. De hecho, siempre que en una de las coreografías que llevamos a escena, aparece la danza española, la intento tratar de otro modo, intento olvidar la rigidez de la escuela rusa, y pensar con la “sangre española” que aporta tanta pasión.
Sin duda alguna. España ha sido y sigue siendo creadora de buenos bailarines, Tamara Rojo, Alicia Amatriain, Lucia Lacarra, José Carlos Martinez, Igor Yebra, Ivan Gil, Corella, y grandes directores y creadores como Duato o Goyo Montero. Me da la impresión que en España no se cuenta con apoyos institucionales homogéneos de apoyo a las artes, que permitan que estos geniales bailarines se queden a trabajar aquí, lo cual es una lástima, dado que muchos de ellos han sido bailarines principales en grandes compañías de todo el mundo y pueden aportar toda su experiencia y conocimiento.
Por supuesto. En este mundo del ballet, se necesita que los profesionales lo estén apoyando constantemente, este apoyo, este empuje para que siga flotando, la supervivencia del ballet, es lo que hace que todos luchemos y trabajemos en un único sentido. Este es el fin común de nuestro trabajo. Si estás en esto es porque te emociona, por lo que nos sentimos unidos. Cada bailarín, director o coreógrafo que conoces, es alguien que siente las mismas cosas que tú un compañero, un amigo en el camino.
Seguir trabajando hasta que el cuerpo aguante (risas). El Ballet de Moscú es una compañía muy viva, que trabaja cada día dando oportunidades a nuevos talentos, que busca en cada actuación mejorar, que aporta su pequeño granito a este maravilloso mundo que es el ballet clásico. Creo que es un gran proyecto en constante evolución. En esta compañía empieza mi futuro cada día.
Creo que lo más importante es tener claro cuál es tu sueño, y aferrarte a él para hacer frente a todas las adversidades. Pienso que hay que vivir la vida así, luchando por tus sueños e ilusiones, porque todos deberíamos trabajar en aquello que nos apasione, apasionarnos por aquello que hacemos.
En noviembre comenzamos una gira por España, el detalle de la gira se puede ver en nuestra página web www.sistemaproducciones.com . En febrero estaremos en Turquía, en junio en Taiwan, en otoño en Inglaterra, como puedes ver, no paramos y nos encanta.
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